miércoles, 14 de mayo de 2008

No se puede parar la música

Marcela Morelo brindó un concierto de nivel superlativo. La intérprete oriunda de Lanús oficializó en Buenos Aires su CD "Fuera del tiempo", disco en vivo que resume la magnífica carrera de la mejor artista argentina en la actualidad.

Minutos antes de las 21.30 del viernes Marcela Morelo tomó verdadera posesión de la cálida atmósfera escénica del Gran Rex, sala con tickets sold out y gente en los pasillos que dispensó afinadísimos y heroicos coros para un recital sencillamente sorprendente. A tono con un fantástico álbum que reúne una arrolladora cifra de hits que llevaría a todas las vocalistas del país a venderles sus almas al diablo por el 20 por ciento de esos tracks, la fiesta dejó en claro que si el historial "morelista" es un infartante festín de temas, la nueva camada de canciones tiene genuino peso mirando a futuro con la apertura de "Solo tú me inspiras", "La Tortuga"y "Vuelve", siendo esta última un topacio cuyo brillo asomó como estreno de un concierto destinado sin vacilaciones al podio de lo mejor que deparará la temporada 2008 en su raconto global.

Más allá del asegurado impacto con clásicos pop que están verdaderamente instalados a fuego en el inconsciente de varias generaciones, ciertas versiones o la presencia de varios invitados en algunos de ellos terminó de definir una bella y espectacular faena sonora que acorde tras acorde edificó segundo a segundo un recital antológico. Extractadas del genial álbum "TB", la ajustada remembranza de "Gotitas de amor" minutos más tarde cobró mayor profundidad cuando la coreuta spinettiana Grace Cosceri se sumó a la anfitriona cantando "Tormento de amor", mientras el Rex vibraba a conmocionantes revoluciones con un hit mayúsculo.

Volcada a un planteo de matar o morir, Marcela sacó de la galera un fastuoso repertorio de cualidades y tras aflojarse los nervios del inicio, versionó sola con su guitel "Te seguí", para luego desandar un irrefrenable vendabal de pop andino con la hipnótica "Luna Bonita" y su inmaculado "Corazón Salvaje", tramo donde desde la batería desgranó un aguerrido solo para ponerle la piel de gallina al mismísimo Chester Thompson.

En un show donde la gran puesta luminotécnica sobresalió novedosa para ese audio 5.1, la fiesta se permitió un tramo acústic-lounge donde inéditos en vivo se perfumaron de una relajada fragancia intimista, con un tandem que despachó "Jamás te olvidaré", "Siempre" y "Otra oportunidad" con ese "crucero del amor-style" muy naif y contagioso, set que ubicó a "Tu Boca" como caviar compositivo con una intro muy "Supertramp".

Lo mejor pedía permiso a gritos en una devastadora gala sonora, y así casi sin presentación Bahiano llegó al proscenio para comandar un bloque que ubicó al Rex centrifugando desesperado a 15G de fuerza, con el volcánico dueto en "Para toda la vida", seguida del pegadizo estreno de "Tarde Gris"del nuevo álbum del vocalista, mientras la cantante sacaba chispas desde el kit de timbaletas y tormentosos cymbals. La sala porteña acusaba feliz cada mazazo pop a tono con un set no apto para cardíacos, mientras desfilaban los últimos hits de una noche histórica en sentimientos esparcidos con cero glamour y honestidad brutal a borbotones.

Antes del adiós se permitió uno de sus escuetos speachs, para decir que "si yo sigo permaneciendo es porque hay público que me da bola, gracias por apoyarnos", mientras la velada propulsada a una pulsación impactante coronaba con una ovación la versión de piano y voz de "Sin un beso", en un fantástico desenlace.

Casi clonando la milimétrica faena de Omar Narváez en la Madre Patria horas antes, Marcela Morelo revalidó su cinturón de reina pop con esos trepidantes upercuts melódicos desde "La fuerza del engaño", mientras el juez le contaba diez al aburrimiento tirado en el suelo, que no vio pasar ese huracán artístico nockeando de cuajo todas las tristezas y males de este mundo olvidadas por dos horas en el Rex.

Fuente: La Capital

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